Todo lo que tienes que saber de la Manteca de Karité
Si hace frío, es tiempo de karité. No sirve para curar resfriados. Pero sí para cuidar de nuestra piel que, durante los meses más fríos del año, en ocasiones descuidamos.
El frío y la sequedad, muy habituales en invierno, son enemigos de nuestra piel. Sabañones, rojeces, piel reseca, labios cortados… Son muchas las consecuencias del invierno sobre nuestra dermis. De ahí que necesitemos no solo nutrir la piel, sino también protegerla. Y nada mejor que la manteca de karité para cumplir estos objetivos. Se trata de un producto totalmente natural, cada vez más utilizado por sus múltiples propiedades y beneficios. El karité lleva siglos utilizándose en África. De hecho, al Antiguo Egipto llegaban caravanas cargadas con vasijas de karité para el cuidado de la piel de las clases nobles, incluyendo a la mítica Cleopatra.
¿Cuál es la mejor manteca de karité?
Son muchos los formatos en los que se presenta la manteca de karité. Lo más habitual es encontrarla como ingrediente en una crema corporal o facial. En los INCI’s lo encontraréis como Butyrospermum Parkii Butter; o shea butter (en inglés).
También podemos comprarla como manteca refinada, si bien se pierden algunos de los beneficios.
Pero si queremos gozar de todas las bondades de este regalo de la naturaleza, os aconsejamos adquirir la manteca de karité sin refinar ni desodorizar, en su formato más puro. Es decir, tal y como os la ofrecemos desde Étik Mundi, nuestra propia marca nacida alrededor de los valores de la sostenibilidad y el comercio justo.
De hecho, el karité crudo, sin refinar, es la base de toda la gama de productos de nuestra marca.
El karité de Ètik Mundi se cultiva y produce en Ghana de forma sostenible y justa gracias a un colectivo de mujeres, para quienes la elaboración de este producto supone el único ingreso garantizado para su familia, creando una infraestructura económica sólida y justa.
Para garantizar la máxima calidad y efectividad de los principios activos del fruto del karité, Ètik Mundi obtiene su manteca mediante extracción por presión en frío. De esta forma no solo mantiene su color amarillo original, sino también sus virtudes, vitaminas y activos.
Propiedades y beneficios de la manteca de karité
Sus propiedades protectoras sobre la piel convierten a esta manteca en una excelente aliada durante los meses más fríos del año. Pero además, es rica en vitamina A, K y E (tocoferoles), que son conservantes naturales y potentes antioxidantes. Es especialmente eficaz en la regeneración y nutrición de pieles secas y descamadas, pieles atópicas o diferentes problemas dérmicos, ya sea en la zona facial o corporal. A pesar de que su textura podría llevarnos a engaño, las pieles grasas o con acné pueden utilizar perfectamente la manteca de karité. No es comedogénica, es decir, no obstruye los poros.
¿Quieres saber más sobre todas las aplicaciones de la manteca de karité? Continúa leyendo…
· Puedes utilizar el karité como producto antiedad. Repleto de vitaminas y minerales, es un producto de elevado poder antioxidante. Es decir, previene la aparición de arrugas. Es más, su poder cicatrizante también combate estrías, arrugas, líneas de expresión e incluso manchas.
· Hidratación y nutrición. Su enorme capacidad para retener la humedad de la piel hace de la manteca de karité uno de los productos más hidratantes y nutritivos del mundo de la cosmética natural. Muy recomendable en zonas especialmente secas como talones y codos así como para pieles descamadas o manos agrietadas. La piel queda con un agradable tacto sedoso, más elástica y flexible. Muy adecuada para el cuidado de los tatuajes.
También podemos utilizarlo como mascarilla capilar nutritiva o para el cuidado de la barba.
· Protección solar. El karité no solo es un buen aliado en invierno. También lo es bajo el sol. Su especial composición proporciona un factor de protección solar de aproximadamente 8. No es un protector solar puro- con esa capacidad de protección nos quemaríamos durante una exposición prolongada-. Pero siempre nos puede ayudar en caso de necesidad.

· Antiinflamatorio. Las propiedades antiinflamatorias de la manteca de karité lo convierten en un buen producto para tratar quemaduras solares o picaduras de insectos. También puede ser aplicada para aliviar pieles irritadas, eczemas, úlceras, roces, sabañones o moratones. Y como buen antiinflamatorio, actúa a las mil maravillas como after-shave.
· Contraindicaciones: El karité contiene un pequeño porcentaje de látex, de forma natural. De ahí que las personas alérgicas al látex no deban utilizar la manteca de karité.
¿Cómo hay que usar la manteca de karité?
Como hemos visto, una de las principales características de la manteca de karité es su versatilidad. Puede utilizarse tanto para la cara como para el cuerpo o el cabello. Incluso hay quien ha sustituido sus múltiples cremas por una lata de karité, utilizándola como crema de día y de noche, body milk y mascarilla capilar.
Su textura es sólida (parecida a la mantequilla) y para utilizarla debemos tomar una pequeña dosis y fundirla con el calor corporal para convertirla en textura aceitosa, lo que facilita su aplicación en cualquier parte del cuerpo.
Si se utiliza como producto facial, será suficiente con una dosis equivalente al tamaño de una avellana y extender mediantes masajes ascendentes.
Si todavía no has probado la manteca de karité de Ètik Mundi, te invitamos a que lo hagas. En Ètik Mundi Shop, la encontrarás en formato de 100 ml o 250 ml. Y en envase de aluminio reciclable.
Y si quieres una manteca de karité con un punto exótico y sensual, te recomendamos el Karité con Vainilla de Oléanat. ¡Absolutamente delicioso!
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